jueves, 14 de marzo de 2013

Dálmata

HISTORIA

Durante siglos, han ido apareciendo varias representaciones pictóricas de unos perros de capa blanca moteada que podrían ser esos ancestros tan buscados. A finales del siglo XVII, se dio a conocer la raza en Inglaterra y rápidamente, los cocheros, comenzaron a utilizar estos perros como vigilantes en sus viajes. A mitad de camino, mientras los viajeros pasaban la noche en la posada, los Dálmata, instalados en el interior del carruaje, vigilaban el equipaje. A partir del siglo XIX, la raza dejó de ser utilizada para la guarda y se convirtió en una de las razas de compañía más preciadas por la nobleza.

CARACTERÍSTICAS

La principal característica del Dálmata es su capa blanca moteada de manchas negras o bien marrón-hígado. Es un perro bien proporcionado, musculoso y fuerte. Sus orejas son de implantación alta, bastante anchas en la base y se van adelgazando. Su cola llega hasta el corvejón, es fuerte en la base y va disminuyendo gradualmente hasta la extremidad. El pelo es corto, duro, denso, de aspecto liso y brillante.

COMPORTAMIENTO

El Dálmata es testarudo, independiente, amistoso y payaso. A pesar de la fama de rebelde, este es un perro con una gran capacidad de adaptación y aprendizaje. De pequeño se le ha de educar con firmeza ya que es fácil que coja malos hábitos y que luego cueste corregirlos. Le gusta correr, saltar, jugar y sentir la presencia y el afecto de los dueños. Con los niños es muy dulce y se adapta perfectamente a sus juegos.


CUIDADOS

El mantenimiento del Dálmata no es complicado, basta con cepillarlo con regularidad y sacarlo a pasear cada día para que pueda quemar toda su energía.
Se adapta bien a la vida hogareña y se aconseja que no duerma en el exterior, ya que su pelo es muy corto y no lo protege del frío.

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